Secretament ens vam besar entre la brutícia i la lluentor de la ciutat, que ens bategava. Secretament, en un nuc etern que mai tancaré amb clau.
Aquells carrers van ser parits per als nostres peus.
Ara, em posaré les sabates.
Recorrimos íntimamente algunas calles, unas plazas, unas sombras. Y, en cada uno de los adoquines, sentimos gozo y felicidad -aquello que no se apresa con los dedos.
Secretamente nos besamos entre la suciedad y el brillo de la ciudad, que nos latía. Secretamente, en un nudo eterno que nunca cerraré con llave.
Aquellas calles fueron paridas para nuestros pies.
Aquellas calles fueron paridas para nuestros pies.
Ahora, me pondré los zapatos.
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