© Trícia Barrachina
Hi ha un silenci que parla de solitud.Un bri de pols quiet a terra.
Els llums apagats de l'estança.
Unes notes, potser, viuen llunyanes, totes.
I la calor del cos que malmet.
La taula parada sense comensals.
La nevera plena.
Les copes buides
– que es baden pel fred –
i una poma coronada per belles circumferències podrides.
És l'hora d'obrir el paraigua,
de caminar dins la bambolla,
és l'hora de la morfina.
Hi ha una copa trencada
en el banc de la cuina
que espera el seu destí.
Hay un silencio que habla de soledad.
Una brizna de polvo quieta en el suelo.
Las luces apagadas de la estancia.
Unas notas, quizás, viven lejanas, todas.
Y el calor del cuerpo que malogra.
La mesa puesta sin comensales.
La nevera llena.
Las copas vacías
– que se agrietan por el frío –
y una manzana coronada por bellas circunferencias podridas.
Es la hora de abrir el paraguas,
de andar dentro la burbuja,
es la hora de la morfina.
Hay una copa rota
en el banco de la cocina
que espera su destino.
5 comentaris:
triste. bello.
es la hora de la poesía.
de la buena poesía...
Gracias, fieles seguidores de mis palabrejas...
Jin, es tarea nuestra encontrar belleza en la tristeza.
Alf, bueno... no sé si buena, tampoco si poesía... je... Pero gracias!!!
Paco Rral.
¿cuando habrá un recopilatorio de poesías tuyas???
Ays... Paco... me adula usted...
Gracias!!!
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