© Trícia Barrachina
'La vida s'imposa
i jo no puc.'
Somiava l'home cansat,
amb sabates de plom,
que no caminava cansat.
Era un home cansat,
en aquella llarga vorera,
muscles caiguts
ànima avall,
mirada bisellada.
'La vida s'imposa
i jo no puc.'
La trista història
de l'home cansat
que somiava
agendes farcides,
ales de plata
i unes unes ulleres cares.
Al mateix cantó
de la ciutat,
una parella amb nadó
en cotxet
es besa en roig les dents.
Somiava l'home cansat,
cansat de somiar.
'La vida s'imposa
i jo no puc.'
Botins foradats.
–
'La vida se impone
y yo no puedo.'
Soñaba el hombre cansado,
con zapatos de plomo,
que no andaba cansado.
Era un hombre cansado,
en aquella larga acera,
hombros caídos
alma abajo,
mirada biselada.
'La vida se impone
y yo no puedo.'
La triste historia
del hombre cansado
que soñaba
agendas rellenas,
alas de plata
y unas unas gafas caras.
Al mismo lado
de la ciudad,
una pareja con bebé
en cochecito
se besa en rojo los dientes.
Soñaba el hombre cansado,
cansado de soñar.
'La vida se impone
y yo no puedo.'
Botines agujereados.
5 comentaris:
todos somos algunos días el hombre cansado, no es así?
Tri. me intriga mucho mucho la foto, esos bichos, no sé si delante de una ventana...
Eso me parece,, Jin!
La foto son fragmentos de un aloe seco y cansado que hay justo tras la ventana de mi dormitorio.
y yo que veía esos insectos a los que llaman rinocerontes... :))
Bien pueden serlo!
'·P
M'agrada molt molt aquest poema, Trícia...
Adoro el teu talent
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